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Durante siglos, la educación ha sido privada y para élites. Patronatos reales, nobleza, gremios (FP). La Iglesia ha tenido un protagonismo enorme y es la primera en ocuparse de los pobres, sin olvidar las élites: crea escuelas, universidades, etc.
Es muy reciente el interés del Estado por la educación, y aún entonces la Iglesia ha seguido teniendo un papel protagonista, completando además los huecos que dejaba el Estado.
Es de hoy mismo el afán del Estado por copar la educación, fase prioritaria del laicismo.
La Iglesia cumple con su misión de enseñar. El Estado con su misión de que la educación llegue a todos. No se trata de competir, sino de colaborar.
Sin embargo, se acusa a la Iglesia de:
1. No aceptar el sistema público y querer imponer su doctrina
2. Querer que todos financien la educación católica.
3. Que haya clase de Religión en los colegios públicos.
4. Discriminar en la contratación de profesorado.
5. Segregar por sexo.
Marco
Las escuelas religiosas dividen y agrandan las divisiones sociales, propician mentalidades intolerantes y perpetúan roles patriarcales. Como pueden hacer selección, discriminan en la admisión de alumnos.
Reformulación
Son un oasis de diversidad y tolerancia; difunden una fuerte filosofía de servicio al interés general; fomentan un sentido de identidad que es precisamente lo que lleva a formar a personas con mente abierta y dialogante. Seleccionan según criterios religiosos y no sociales, lo que explica la variedad de perfiles, mayor que en otros colegios.
Mensajes clave para un debate
- Los colegios son prolongación de la familia, no del Estado. La dimensión religiosa no puede ser excluida del ámbito de los conocimientos, hábitos y virtudes en que consiste la educación.
- Servir a los desfavorecidos ha sido siempre aspecto preferencial para la Iglesia, y las escuelas católicas son las más sociales y diversas.
- Los datos muestran la calidad de estos centros y la demanda de las familias.
- Necesitan autonomía en la selección y contratación para poder mantener su identidad y su genuina aportación. Esta autonomía es parte de la libertad religiosa e ideológica amparada por la Constitución.
- Los conciertos no son un privilegio de la Iglesia sino un derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, que pagan con sus impuestos, como todos los demás.
- La educación religiosa (católica, protestante, musulmana, judía) en los colegios es un derecho de los alumnos, decidido por sus padres y tutores mientras son menores de edad. El Estado debe garantizar esa educación para los que libremente la piden (laicidad positiva).