Por JUAN MANUEL DE PRADA
En XLSemanal
Los sucesivos aniversarios de la caída del muro de Berlín sirven al Nuevo Orden Mundial para organizar tediosos saraos que conmemoran el ocaso del comunismo, aquella ideología que quiso ejercer un control omnímodo sobre las conciencias aplicando a rajatabla una estremecedora consigna atribuida a Lenin: «Contra los cuerpos, la violencia; contra las almas, la mentira». El Nuevo Orden Mundial ha hallado en la caída del muro de Berlín un fetiche muy apropiado para su mitología, que a la vez que infunde entre las masas cretinizadas horror a aquella tiranía siniestra les hace olvidar que están siendo aplastadas por una forma de tiranía mucho más sibilina que ya no se acompaña de violencia sobre los cuerpos; pero cuyo control sobre las almas sigue siendo implacable, y acaso mucho más eficaz.
En efecto, donde el comunismo se servía de métodos coercitivos y represores que arrasaban las conciencias, el Nuevo Orden Mundial, mucho más sofisticado, moldea las conciencias a su gusto, exaltando los deseos de sus sometidos. Tocqueville avizoró esta nueva forma de tiranía en La democracia en América; y sus palabras proféticas poseen hoy una vigencia escalofriante: «Después de haber tomado entre sus poderosas manos a cada individuo y de haberlo formado a su antojo, el soberano extiende sus brazos sobre la sociedad entera y cubre su superficie con un enjambre de leyes complicadas, minuciosas y uniformes, a través de las cuales los espíritus más preciosos y las almas más vigorosas no pueden abrirse paso: no destruye las voluntades, pero las ablanda, las somete y dirige; obliga raras veces a obrar, pero se opone incesantemente a que se obre; no destruye, pero impide crear; no tiraniza, pero oprime; mortifica, embrutece, extingue, debilita y reduce, en fin, a cada nación a un rebaño de animales tímidos e industriosos, cuyo pastor es el Estado». A esta forma de tiranía que ablanda voluntades y convierte a los pueblos en rebaños se refería también el siniestro Gran Inquisidor en Los hermanos Karamazov: «Nosotros les enseñaremos que la felicidad infantil es la más deliciosa. (...) Desde luego, los haremos trabajar, pero organizaremos su vida de modo que en las horas de recreo jueguen como niños entre cantos y danzas inocentes. Incluso les permitiremos pecar, ya que son débiles, y por esta concesión nos profesarán un amor infantil. Les diremos que todos los pecados se redimen si se cometen con nuestro permiso, que les permitimos pecar porque los queremos y que cargaremos nosotros con el castigo. Y ellos nos mirarán como bienhechores al ver que nos hacemos responsables de sus pecados. Y ya nunca tendrán secretos para nosotros».
Quizá el gran hallazgo de esta nueva (¡y benevolente!) forma de tiranía, frente a formas obsoletas que se imponían a través de instrumentos sombríos, es que ha logrado el sometimiento de las almas a través de la exaltación de la libertad. Ha sido, en efecto, tal exaltación la que ha logrado aislar a los individuos, rompiendo los vínculos comunitarios que los hacían fuertes, para convertirlos en átomos aislados dentro de una masa gregaria, engolosinados en el disfrute de placeres que los tornan cada vez más egoístas e incapaces de sacrificarse en defensa del bien común. Por supuesto, el Nuevo Orden Mundial se ha asegurado de que los placeres que sus sometidos consumen los obliguen a trabajar más por menos dinero y, por lo tanto, a entramparse de por vida, convertidos en esclavos de un poder financiero que, a cambio de su sometimiento, corrompe sus almas, suministrándoles entretenimientos envilecedores que estragan su espíritu, avillanan sus sentimientos y debilitan sus escasas defensas contra el abismo de la decadencia humana. Y lo más trágico (y a la vez cómico) es que, a la vez que el Nuevo Orden Mundial nos convierte en piltrafas infrahumanas que desde la escuela comulgan sus paradigmas culturales (de tal manera que ni siquiera sea necesaria la censura), a la vez que nos impone las interpretaciones del mundo que le convienen, a la vez que nos dejan sin religión ni vínculos duraderos, a la vez que nos despoja materialmente y nos convierte en hienas que claman por la satisfacción de sus apetitos más egoístas, ha logrado que nos creamos absurdamente diosecillos omnímodos que ejercitan su libertad sin cortapisas.
Se cayó el muro de Berlín. Pero el Nuevo Orden Mundial no requiere muros para oprimirnos. Le basta poseer aquel «Anillo Único» al que se refería Tolkien: «Un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas». Y ¡ay del que no pase por el aro de ese anillo!
Por la Libertad, contra la dictadura del relativismo, el laicismo y todo lo políticamente correcto. No tengamos miedo, el único verdadero enemigo está dentro: que los buenos no hagan nada.
martes, 2 de diciembre de 2014
viernes, 28 de noviembre de 2014
Métodos estalinistas en la catedral de Córdoba
Comunicado del Cabildo de la Catedral de Córdoba
Córdoba, 28 de noviembre de 2014.
Tras los acontecimientos acaecidos esta mañana en el interior del recinto de la Catedral de Córdoba, antigua Mezquita, el Cabildo desea comunicar lo siguiente:
- En la mañana del viernes 28 de noviembre varios representantes de la formación política Izquierda Unida* han llevado a cabo sin autorización previa un acto electoral en el interior del recinto de la Catedral de Córdoba, antigua Mezquita. Este acto se ha organizado sin haber realizado ninguna notificación previa ni comunicación oficial al Cabildo. Pese a las reiteradas peticiones del personal de seguridad para que dieran fin al acto propagandístico, han permanecido en el interior del Patio de los Naranjos, negándose a suspender el acto político.
- Se trata de una grave falta de respeto hacia la Catedral y, especialmente hacia los cordobeses, ya que el único fin de este acto de provocación es el de generar división y enfrentamiento en la sociedad cordobesa, utilizando un lugar de convivencia y encuentro para ofrecer un acto político.
- Cabe recordar que desde el Cabildo se realiza una intensa actividad cultural de manera constante con todo tipo de instituciones y organizaciones, se colabora en una amplia lista de proyectos benéficos y de ayuda social y, en definitiva, se trabaja al servicio de toda la sociedad cordobesa, siempre dentro de un clima de armonía y respeto.
- El Cabildo recuerda que desde hace más de 775 años la Catedral es un lugar abierto a todos y al que que los cordobeses pueden acceder de manera gratuita. No obstante, las normas son iguales para todos, por lo que sorprende que algunos políticos que aspiran a representar a los ciudadanos se consideren por encima de los procedimientos que garantizan la convivencia ciudadana y que cumplen todos aquellos ciudadanos o entidades que solicitan utilizar el Patio de los Naranjos para diferentes actividades culturales y nunca para actos políticos partidistas.
- El Cabildo hace un llamamiento a la responsabilidad a los representantes políticos, a las organizaciones de la sociedad civil y a los medios de comunicación para trabajar juntos en el bien de la sociedad cordobesa.
* Comunistas, para entendernos.
Que me borren ya de la financiación pública de los partidos.
Córdoba, 28 de noviembre de 2014.
Tras los acontecimientos acaecidos esta mañana en el interior del recinto de la Catedral de Córdoba, antigua Mezquita, el Cabildo desea comunicar lo siguiente:
- En la mañana del viernes 28 de noviembre varios representantes de la formación política Izquierda Unida* han llevado a cabo sin autorización previa un acto electoral en el interior del recinto de la Catedral de Córdoba, antigua Mezquita. Este acto se ha organizado sin haber realizado ninguna notificación previa ni comunicación oficial al Cabildo. Pese a las reiteradas peticiones del personal de seguridad para que dieran fin al acto propagandístico, han permanecido en el interior del Patio de los Naranjos, negándose a suspender el acto político.
- Se trata de una grave falta de respeto hacia la Catedral y, especialmente hacia los cordobeses, ya que el único fin de este acto de provocación es el de generar división y enfrentamiento en la sociedad cordobesa, utilizando un lugar de convivencia y encuentro para ofrecer un acto político.
- Cabe recordar que desde el Cabildo se realiza una intensa actividad cultural de manera constante con todo tipo de instituciones y organizaciones, se colabora en una amplia lista de proyectos benéficos y de ayuda social y, en definitiva, se trabaja al servicio de toda la sociedad cordobesa, siempre dentro de un clima de armonía y respeto.
- El Cabildo recuerda que desde hace más de 775 años la Catedral es un lugar abierto a todos y al que que los cordobeses pueden acceder de manera gratuita. No obstante, las normas son iguales para todos, por lo que sorprende que algunos políticos que aspiran a representar a los ciudadanos se consideren por encima de los procedimientos que garantizan la convivencia ciudadana y que cumplen todos aquellos ciudadanos o entidades que solicitan utilizar el Patio de los Naranjos para diferentes actividades culturales y nunca para actos políticos partidistas.
- El Cabildo hace un llamamiento a la responsabilidad a los representantes políticos, a las organizaciones de la sociedad civil y a los medios de comunicación para trabajar juntos en el bien de la sociedad cordobesa.
* Comunistas, para entendernos.
Que me borren ya de la financiación pública de los partidos.
viernes, 10 de octubre de 2014
Metafísica y Persona
La revista Metafísica y Persona, que nació hace ya algunos años, ha comenzado una nueva andadura. La fundó el Grupo de investigación que coordina el profesor Tomás Melendo en la Universidad de Málaga, y era editada solo en versión digital.
Después de un tiempo en que me resultaba costoso sacarla adelante y corría el peligro de desaparecer, se ha llegado a un convenio con la UPAEP (Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla), para gestionarla conjuntamente.
En este momento han vuelto a abrir la página web, muy mejorada y renovada, con la misma dirección de antes (www.metyper.com), pero ya puesta al día y con la convocatoria para el próximo número (julio-diciembre 2014).
Además, está en marcha y bastante avanzada la impresión en papel de los 11 primeros números, todos los que han salido hasta hoy, y la UPAEP se seguirá encargando de gestionar la edición y difusión en papel. La presentación de esos primeros números será muy probablemente en Puebla, el durante este trimestre.
Después de un tiempo en que me resultaba costoso sacarla adelante y corría el peligro de desaparecer, se ha llegado a un convenio con la UPAEP (Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla), para gestionarla conjuntamente.
En este momento han vuelto a abrir la página web, muy mejorada y renovada, con la misma dirección de antes (www.metyper.com), pero ya puesta al día y con la convocatoria para el próximo número (julio-diciembre 2014).
Además, está en marcha y bastante avanzada la impresión en papel de los 11 primeros números, todos los que han salido hasta hoy, y la UPAEP se seguirá encargando de gestionar la edición y difusión en papel. La presentación de esos primeros números será muy probablemente en Puebla, el durante este trimestre.
miércoles, 4 de junio de 2014
"El cerebro es un millón de veces más importante que los riñones"
ENTREVISTA A ARMANDO SEGURA en Expansión, 3 a 9 de junio de 2014
El catedrático emérito de la Universidad de Granada, Armando Segura, recoge el itinerario de su pensamiento científico y filosófico en su último libro.
A sus 75 años, Armando Segura está en plena forma intelectual. En su último libro Hommo multidimensional aborda el apasionante tema del cerebro, y explica, entre otras cosas, como muchas de las cualidades más valoradas en el siglo XXI –la cultura del esfuerzo o la capacidad de trabajar en equipo– tienen base cerebral.
¿De verdad tiene tanto poder el cerebro como dicen?
El cerebro es un millón de veces más importante que los riñones. Todos los órganos del ser humano están en función del cerebro, para alimentar el cerebro.
Afirma usted que la iniciativa y espíritu de equipo tienen una base cerebral en el hombre ¿por qué?
Cuando empezó el mundo, en sitios como la sabana africana o China continental hay dos cosas que salvaron al hombre de extinguirse: la inteligencia y la sociabilidad. No hay grupos de monos de más de 15 individuos. Solamente la especie humana ha conseguido un estado como China con 1.300 millones de individuos. Eso es un efecto del cerebro.
O sea, ¿que la paz en el mundo sería el punto máximo del hombre como "más hombre"...?
Sí. Se puede explicar con la metáfora de deporte, aunque es limitada porque la vida de un deportista es corta. Esa mecánica de luchar por un ideal al coste que sea, es lo que da más felicidad. Sobre todo si el ideal consiste en gastarse por el bien de los demás. Hay mucha gente en el mundo que no piensa en si misma sino que piensa en los demás. Y eso es que tiene un factor de sociabilidad, de altruismo dicen los biólogos, muy fuerte. Y eso es lo que hace feliz. Sin embargo, el individualismo, por definición, lleva camino del psiquiatra. De hecho, la enfermedad mental se define como incomunicabilidad, inadaptación al medio
¿Qué persona ha sido feliz porque ha vivido para los demás?
Por ejemplo, la Madre Teresa. Y las madres, en general, son el modelo perfecto de pensar en los demás.
¿Qué avances o explicaciones aportará en unos años la neurología, que ahora no nos creeríamos?
La neurociencia es bastante moderna, Ramón y Cajal sería el primero, estamos hablando de poco más de 100 anos. En los últimos veinte años se ha adelantado mucho en tecnología. Se ha progresado en medios y ahora mismo, puedes ver perfectamente el cableado que hay dentro del cerebro. Pero hay ciertas funciones humanas, que además son las más importantes, en donde no se sabe nada. Fundamentalmente, la conciencia. La gente que busca la conciencia en el cerebro, que son muchos, no encuentran nada. Porque no es algo físico.
Dice Punset que "el alma está en el cerebro", ¿piensa lo mismo?
El alma no puede estar en ningún lugar, por la sencilla razón de que el alma es potencia y las potencias no se ven. El hombre es posibilidad, es decir, que no es un animal hecho, no es un animal acabado, sino que tiene todo por hacer, aunque tenga 90 años.
Lea la entrevista completa en Orbyt.
El catedrático emérito de la Universidad de Granada, Armando Segura, recoge el itinerario de su pensamiento científico y filosófico en su último libro.
A sus 75 años, Armando Segura está en plena forma intelectual. En su último libro Hommo multidimensional aborda el apasionante tema del cerebro, y explica, entre otras cosas, como muchas de las cualidades más valoradas en el siglo XXI –la cultura del esfuerzo o la capacidad de trabajar en equipo– tienen base cerebral.
¿De verdad tiene tanto poder el cerebro como dicen?
El cerebro es un millón de veces más importante que los riñones. Todos los órganos del ser humano están en función del cerebro, para alimentar el cerebro.
Afirma usted que la iniciativa y espíritu de equipo tienen una base cerebral en el hombre ¿por qué?
Cuando empezó el mundo, en sitios como la sabana africana o China continental hay dos cosas que salvaron al hombre de extinguirse: la inteligencia y la sociabilidad. No hay grupos de monos de más de 15 individuos. Solamente la especie humana ha conseguido un estado como China con 1.300 millones de individuos. Eso es un efecto del cerebro.
O sea, ¿que la paz en el mundo sería el punto máximo del hombre como "más hombre"...?
Sí. Se puede explicar con la metáfora de deporte, aunque es limitada porque la vida de un deportista es corta. Esa mecánica de luchar por un ideal al coste que sea, es lo que da más felicidad. Sobre todo si el ideal consiste en gastarse por el bien de los demás. Hay mucha gente en el mundo que no piensa en si misma sino que piensa en los demás. Y eso es que tiene un factor de sociabilidad, de altruismo dicen los biólogos, muy fuerte. Y eso es lo que hace feliz. Sin embargo, el individualismo, por definición, lleva camino del psiquiatra. De hecho, la enfermedad mental se define como incomunicabilidad, inadaptación al medio
¿Qué persona ha sido feliz porque ha vivido para los demás?
Por ejemplo, la Madre Teresa. Y las madres, en general, son el modelo perfecto de pensar en los demás.
¿Qué avances o explicaciones aportará en unos años la neurología, que ahora no nos creeríamos?
La neurociencia es bastante moderna, Ramón y Cajal sería el primero, estamos hablando de poco más de 100 anos. En los últimos veinte años se ha adelantado mucho en tecnología. Se ha progresado en medios y ahora mismo, puedes ver perfectamente el cableado que hay dentro del cerebro. Pero hay ciertas funciones humanas, que además son las más importantes, en donde no se sabe nada. Fundamentalmente, la conciencia. La gente que busca la conciencia en el cerebro, que son muchos, no encuentran nada. Porque no es algo físico.
Dice Punset que "el alma está en el cerebro", ¿piensa lo mismo?
El alma no puede estar en ningún lugar, por la sencilla razón de que el alma es potencia y las potencias no se ven. El hombre es posibilidad, es decir, que no es un animal hecho, no es un animal acabado, sino que tiene todo por hacer, aunque tenga 90 años.
Lea la entrevista completa en Orbyt.
lunes, 21 de abril de 2014
El utilitarismo y el laicismo entorpecen los debates públicos
John Perry, profesor de Ética teológica en la Universidad de St. Andrews
Por Juan Meseguer. Aceprensa. 7.ABR.2014
La opinión pública plantea continuamente controversias sobre cuestiones éticas. No es fácil ponerse de acuerdo, pues los dilemas son difíciles y las posturas variadas. Por eso, pueden resultar atractivas las soluciones más cómodas como el utilitarismo o el laicismo. Hablamos de este problema con John Perry, profesor de Ética teológica en la Universidad de St.Andrews, la más antigua de Escocia.
Doctor en Teología por la Universidad de Notre Dame, el profesor Perry está familiarizado tanto con la ética cristiana clásica como con la filosofía política contemporánea. Tiene a gala haber enseñado en el Christ Church, uno de los colleges de la Universidad de Oxford donde también enseñaron John Locke y John Rawls. Una de sus líneas de investigación es buscar puntos de acuerdo entre el pensamiento cristiano, el liberalismo político y el enfoque utilitarista.
Bueno o malo, según quién lo haga
— La ética clásica se interesaba por el arte de vivir bien. Pero algunos pensadores actuales sostienen que la pregunta por el bien es una fuente de desacuerdos en los debates públicos. Por eso, prefieren centrarse en las condiciones que hacen posible el pluralismo. ¿No le parece que este enfoque empobrece los debates éticos?
Sí, los empobrece. Ahora bien, la intuición de evitar “las grandes ideas” sobre la vida buena no es desacertada del todo. Esta intuición surgió en el siglo XVII, cuando los desacuerdos sobre cuestiones religiosas dieron paso a enfrentamientos crueles. En este contexto, podemos comprender por qué hubo gente que vio necesario dejar a un lado las discusiones demasiado sensibles.
Así que la intuición de que la legalidad es más estrecha que la ética es una buena intuición. El problema es pensar que porque algo no está prohibido por la ley entonces es éticamente correcto. Debemos mantener la idea de que la ética trata sobre la vida buena, sin necesidad de pensar que toda la ética debe estar exigida por la ley.
Algunos estudios recientes realizados por psicólogos morales muestran que, cuando se pregunta a la gente qué piensa sobre determinadas acciones inmorales realizadas por extraños, suelen contestar: “Esos extraños son muy libres de hacer lo que quieran, siempre que no causen un daño directo a un tercero”. Pero no responden lo mismo si quienes llevan a cabo esas acciones son sus amigos o sus familiares. Y eso es porque esperan que sus amigos y sus familiares no solo eviten el daño a terceros sino también que busquen la vida buena.
Esto muestra que no hemos perdido el concepto de vida buena. Lo que no tenemos claro es cómo aplicarlo a los extraños en una sociedad pluralista.
Para llegar a un acuerdo, excluir a los discrepantes
— Paradójicamente, en la búsqueda de un espacio público neutral y abierto a todos, los creyentes suelen salir malparados. Una forma de excluirlos del debate es decir que sus creencias pueden ser muy válidas para ellos pero no para el conjunto de la sociedad. ¿Qué le parece este argumento?
Todas las creencias tienen un punto de partida. Los cristianos probablemente empezarán con la Biblia; los musulmanes, con el Corán; los utilitaristas, con la creencia de que lo mejor es promover la mayor felicidad para el mayor número posible de gente; los liberales clásicos, con la defensa del derecho a organizar mi vida sin interferencias de nadie…
En este sentido, todas las perspectivas son iguales: todas tienen un punto de partida que los de fuera no comparten. Por eso, no tiene sentido excluir del debate público una creencia o una ideología solo porque tiene un punto de partida particular… ¡Porque entonces habría que excluir a todas las creencias!
Tampoco deberíamos excluir aquellas ideas que son impopulares. Porque ahora defendemos toda clase de ideas que en el pasado eran impopulares, como la prohibición del trabajo infantil o el voto femenino.
Cuando algunos dicen que las creencias religiosas solo valen para los creyentes y no para la sociedad entera, deberían ser más precisos. Ciertamente, algunas creencias religiosas solo tienen sentido para los fieles de un determinado credo. Por ejemplo: no se puede exigir a todos los ciudadanos que cumplan los preceptos judíos o musulmanes sobre los alimentos ni el bautismo cristiano. Pero no todas las creencias religiosas son así. Lo importante es que cada cual sea capaz de dar razones de sus convicciones morales.
Utilitarismo: cómodo, rápido… e insuficiente
— Una forma de evitar los debates de fondo es recurrir al utilitarismo, para el que lo único que cuenta son las soluciones que producen la mayor utilidad para el mayor número. ¿Qué inconvenientes plantea este enfoque en la ética médica?
Por sorprendente que parezca, creo que los cristianos y los utilitaristas a veces pueden ser aliados. Yo, por ejemplo, coincido con el utilitarismo en que la ética tiene que preocuparse por conseguir una vida de realización, bienestar o felicidad. ¡Y esto ya es un importante punto de acuerdo! Pero el utilitarismo se equivoca en la forma de entender qué es el bienestar o la felicidad. Para el utilitarismo, la felicidad es subjetiva y monista.
Es subjetiva porque afirma que la felicidad depende de la perspectiva de cada cual. Tú eres feliz cuando plantas un jardín, mientras que yo soy feliz mientras veo videos de animales sacrificados. El utilitarismo defiende que todas las formas de felicidad son igualmente válidas.
Y es monista porque solo contempla un tipo de felicidad. De modo que todas las experiencias de felicidad pueden ser comparadas, al igual que los precios de los coches. Montar en bicicleta me produce un dólar de felicidad; leer un libro, dos dólares de felicidad, por lo que al final tengo tres dólares de felicidad. Pero la felicidad no se puede comparar como si fueran dólares. La felicidad que me produce la amistad con una persona es distinta de la felicidad que experimento al visitar un museo. El utilitarismo puede ser cómodo para hacer elecciones –si fueran verdaderas–, pero no es convincente.
Esta aparente comodidad explica por qué el utilitarismo se está haciendo tan popular en la ética médica. Satisface a los políticos que quieren elegir fácilmente la opción que sea capaz de ahorrar más dinero, como si estuvieran comprando un coche. ¿Cuál es el más barato? ¿Cuál tiene el carburante más eficiente? Es atractivo porque aparentemente hace innecesarios el buen juicio, la sabiduría y la prudencia.
No hay derechos sin responsabilidades
— En debates éticos, como el del aborto, hay quien piensa que la mejor solución es la que no coarta la autonomía individual. Como profesor de ética en Oxford y Notre Dame, ¿qué experiencia tiene al hablar de este tema con sus alumnos?
Lo que he descubierto enseñando a estudiantes jóvenes es que tienen unas prioridades distintas a las de sus padres. Esto se ve claramente en el debate sobre el aborto. Algunos de mis alumnos nacidos en los años ochenta o antes pueden inclinarse a decir: “Si el aborto es ilegal, entonces el gobierno me está obligando a tener un hijo. Y nadie debería obligarme a eso”. Pero mis estudiantes nacidos a mediados de los noventa raramente dirán esto, porque tienden a pensar que cuando alguien se queda embarazada, generalmente tiene que asumir las consecuencias (aunque admiten excepciones como la violación).
Esto no significa que, por definición, los más jóvenes sean más contrarios al aborto. Pero sí revela un cambio de planteamiento, pues entienden que los derechos están relacionados con la responsabilidad. No sé por qué se ha producido este cambio en una generación. Pero me parece un desarrollo fascinante, al que los sociólogos deberían prestar atención.
Estudiar cambios generacionales como este ayuda a esclarecer los debates éticos, porque nos recuerda que lo que muchas veces consideramos “valores universales” no siempre lo son. A menudo, damos por sentadas una serie de ideas quizá porque nacimos en una generación o un país determinados. Abrirnos a esas diferencias puede ayudarnos a percibir qué valores pertenecen realmente a una generación o a un país, y cuáles no.
Por Juan Meseguer. Aceprensa. 7.ABR.2014
La opinión pública plantea continuamente controversias sobre cuestiones éticas. No es fácil ponerse de acuerdo, pues los dilemas son difíciles y las posturas variadas. Por eso, pueden resultar atractivas las soluciones más cómodas como el utilitarismo o el laicismo. Hablamos de este problema con John Perry, profesor de Ética teológica en la Universidad de St.Andrews, la más antigua de Escocia.
Doctor en Teología por la Universidad de Notre Dame, el profesor Perry está familiarizado tanto con la ética cristiana clásica como con la filosofía política contemporánea. Tiene a gala haber enseñado en el Christ Church, uno de los colleges de la Universidad de Oxford donde también enseñaron John Locke y John Rawls. Una de sus líneas de investigación es buscar puntos de acuerdo entre el pensamiento cristiano, el liberalismo político y el enfoque utilitarista.
Bueno o malo, según quién lo haga
— La ética clásica se interesaba por el arte de vivir bien. Pero algunos pensadores actuales sostienen que la pregunta por el bien es una fuente de desacuerdos en los debates públicos. Por eso, prefieren centrarse en las condiciones que hacen posible el pluralismo. ¿No le parece que este enfoque empobrece los debates éticos?
Sí, los empobrece. Ahora bien, la intuición de evitar “las grandes ideas” sobre la vida buena no es desacertada del todo. Esta intuición surgió en el siglo XVII, cuando los desacuerdos sobre cuestiones religiosas dieron paso a enfrentamientos crueles. En este contexto, podemos comprender por qué hubo gente que vio necesario dejar a un lado las discusiones demasiado sensibles.
Así que la intuición de que la legalidad es más estrecha que la ética es una buena intuición. El problema es pensar que porque algo no está prohibido por la ley entonces es éticamente correcto. Debemos mantener la idea de que la ética trata sobre la vida buena, sin necesidad de pensar que toda la ética debe estar exigida por la ley.
Algunos estudios recientes realizados por psicólogos morales muestran que, cuando se pregunta a la gente qué piensa sobre determinadas acciones inmorales realizadas por extraños, suelen contestar: “Esos extraños son muy libres de hacer lo que quieran, siempre que no causen un daño directo a un tercero”. Pero no responden lo mismo si quienes llevan a cabo esas acciones son sus amigos o sus familiares. Y eso es porque esperan que sus amigos y sus familiares no solo eviten el daño a terceros sino también que busquen la vida buena.
Esto muestra que no hemos perdido el concepto de vida buena. Lo que no tenemos claro es cómo aplicarlo a los extraños en una sociedad pluralista.
Para llegar a un acuerdo, excluir a los discrepantes
— Paradójicamente, en la búsqueda de un espacio público neutral y abierto a todos, los creyentes suelen salir malparados. Una forma de excluirlos del debate es decir que sus creencias pueden ser muy válidas para ellos pero no para el conjunto de la sociedad. ¿Qué le parece este argumento?
Todas las creencias tienen un punto de partida. Los cristianos probablemente empezarán con la Biblia; los musulmanes, con el Corán; los utilitaristas, con la creencia de que lo mejor es promover la mayor felicidad para el mayor número posible de gente; los liberales clásicos, con la defensa del derecho a organizar mi vida sin interferencias de nadie…
En este sentido, todas las perspectivas son iguales: todas tienen un punto de partida que los de fuera no comparten. Por eso, no tiene sentido excluir del debate público una creencia o una ideología solo porque tiene un punto de partida particular… ¡Porque entonces habría que excluir a todas las creencias!
Tampoco deberíamos excluir aquellas ideas que son impopulares. Porque ahora defendemos toda clase de ideas que en el pasado eran impopulares, como la prohibición del trabajo infantil o el voto femenino.
Cuando algunos dicen que las creencias religiosas solo valen para los creyentes y no para la sociedad entera, deberían ser más precisos. Ciertamente, algunas creencias religiosas solo tienen sentido para los fieles de un determinado credo. Por ejemplo: no se puede exigir a todos los ciudadanos que cumplan los preceptos judíos o musulmanes sobre los alimentos ni el bautismo cristiano. Pero no todas las creencias religiosas son así. Lo importante es que cada cual sea capaz de dar razones de sus convicciones morales.
Utilitarismo: cómodo, rápido… e insuficiente
— Una forma de evitar los debates de fondo es recurrir al utilitarismo, para el que lo único que cuenta son las soluciones que producen la mayor utilidad para el mayor número. ¿Qué inconvenientes plantea este enfoque en la ética médica?
Por sorprendente que parezca, creo que los cristianos y los utilitaristas a veces pueden ser aliados. Yo, por ejemplo, coincido con el utilitarismo en que la ética tiene que preocuparse por conseguir una vida de realización, bienestar o felicidad. ¡Y esto ya es un importante punto de acuerdo! Pero el utilitarismo se equivoca en la forma de entender qué es el bienestar o la felicidad. Para el utilitarismo, la felicidad es subjetiva y monista.
Es subjetiva porque afirma que la felicidad depende de la perspectiva de cada cual. Tú eres feliz cuando plantas un jardín, mientras que yo soy feliz mientras veo videos de animales sacrificados. El utilitarismo defiende que todas las formas de felicidad son igualmente válidas.
Y es monista porque solo contempla un tipo de felicidad. De modo que todas las experiencias de felicidad pueden ser comparadas, al igual que los precios de los coches. Montar en bicicleta me produce un dólar de felicidad; leer un libro, dos dólares de felicidad, por lo que al final tengo tres dólares de felicidad. Pero la felicidad no se puede comparar como si fueran dólares. La felicidad que me produce la amistad con una persona es distinta de la felicidad que experimento al visitar un museo. El utilitarismo puede ser cómodo para hacer elecciones –si fueran verdaderas–, pero no es convincente.
Esta aparente comodidad explica por qué el utilitarismo se está haciendo tan popular en la ética médica. Satisface a los políticos que quieren elegir fácilmente la opción que sea capaz de ahorrar más dinero, como si estuvieran comprando un coche. ¿Cuál es el más barato? ¿Cuál tiene el carburante más eficiente? Es atractivo porque aparentemente hace innecesarios el buen juicio, la sabiduría y la prudencia.
No hay derechos sin responsabilidades
— En debates éticos, como el del aborto, hay quien piensa que la mejor solución es la que no coarta la autonomía individual. Como profesor de ética en Oxford y Notre Dame, ¿qué experiencia tiene al hablar de este tema con sus alumnos?
Lo que he descubierto enseñando a estudiantes jóvenes es que tienen unas prioridades distintas a las de sus padres. Esto se ve claramente en el debate sobre el aborto. Algunos de mis alumnos nacidos en los años ochenta o antes pueden inclinarse a decir: “Si el aborto es ilegal, entonces el gobierno me está obligando a tener un hijo. Y nadie debería obligarme a eso”. Pero mis estudiantes nacidos a mediados de los noventa raramente dirán esto, porque tienden a pensar que cuando alguien se queda embarazada, generalmente tiene que asumir las consecuencias (aunque admiten excepciones como la violación).
Esto no significa que, por definición, los más jóvenes sean más contrarios al aborto. Pero sí revela un cambio de planteamiento, pues entienden que los derechos están relacionados con la responsabilidad. No sé por qué se ha producido este cambio en una generación. Pero me parece un desarrollo fascinante, al que los sociólogos deberían prestar atención.
Estudiar cambios generacionales como este ayuda a esclarecer los debates éticos, porque nos recuerda que lo que muchas veces consideramos “valores universales” no siempre lo son. A menudo, damos por sentadas una serie de ideas quizá porque nacimos en una generación o un país determinados. Abrirnos a esas diferencias puede ayudarnos a percibir qué valores pertenecen realmente a una generación o a un país, y cuáles no.
domingo, 30 de marzo de 2014
BIG DATA. Comunicación Inteligente de los Datos
18 Jornada de Comunicación Siglo XXI.
Este año la Jornada de Comunicación Siglo XXI se centrará en la "Comunicación Inteligente de los Datos".
Queremos abordar el tema desde cuatro aspectos: desde la Sociología de la Comunicación preguntándonos por "La bondad de los números en la opinión pública"; desde el Periodismo de Análisis para entender que significa eso de "Piensa en visual, escribe con datos"; desde la Comunicación Corporativa para confirmar si "Tus públicos son personas antes que números"; y desde la Comunicación Persuasiva para entender "Las grandes cifras de los productos y servicios"...
¿Sabías que...
1. España necesitará 60.000 profesionales de Big Data hasta 2015? Cloud Computing
2. Big Data creará 5 millones de puestos de trabajo en todo el mundo desde 2015? ABC
3. Big Data aportará 206.000 millones de euros a la economía europea en 2020? Puro Marketing
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Twitter: @jorcoms21
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Este año la Jornada de Comunicación Siglo XXI se centrará en la "Comunicación Inteligente de los Datos".
Queremos abordar el tema desde cuatro aspectos: desde la Sociología de la Comunicación preguntándonos por "La bondad de los números en la opinión pública"; desde el Periodismo de Análisis para entender que significa eso de "Piensa en visual, escribe con datos"; desde la Comunicación Corporativa para confirmar si "Tus públicos son personas antes que números"; y desde la Comunicación Persuasiva para entender "Las grandes cifras de los productos y servicios"...
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