El Lobo Feroz
Por la Libertad, contra la dictadura del relativismo, el laicismo y todo lo políticamente correcto. No tengamos miedo, el único verdadero enemigo está dentro: que los buenos no hagan nada.
lunes, 16 de diciembre de 2024
Humillando en nombre del feminismo
lunes, 7 de octubre de 2024
HUMANISMO SEGÚN ILLA
Para Andrés Ollero -en política- el cristianismo es, ante todo, el inventor de la laicidad; o sea, de la autonomía de lo temporal: dar al césar lo indicado en la famosa moneda
miércoles, 18 de septiembre de 2024
Falacias de la "justicia social"
¿Tienen razón los defensores de la "justicia social"?, se pregunta Thomas Sowell en su ensayo Falacias de la justicia social. El problema es el apriorismo ideológico y la falta de realismo que manifiestan en muchos casos. Se debe luchar contra la segregación racial o la discriminación sexual, pero resulta ilusorio imponer la igualdad mediante una agenda que puede derivar en «ingeniería social» y que no siempre soluciona las injusticias, sino que más bien las agrava.
En el mundo ideal rousoniano del que bebe la justicia social —señala Sowell— todos deberían tener los mismos resultados, independientemente de la clase o raza. La experiencia nos dice que no es así. Y ello no se debe a la discriminación ejercida por las mayorías dominantes contra las minorías, sino a un cúmulo de factores, incluidos la libertad humana y el azar. Pero la justicia social reduce «la búsqueda de causas a una búsqueda de culpables».
Así, movimientos como el Black Lives Matter sostiene que las mayores tasas de pobreza de los negros son principalmente producto del persistente «racismo sistémico». Pero olvida otros factores no menos influyentes, objeta Sowell. Por ejemplo, las familias monoparentales, de EE.UU., independientemente de que sean blancas o negras, tienen una tasa de pobreza superior a las familias compuestas por parejas casadas.
La trayectoria del propio Sowell, afroamericano y de origen humilde, sirve para desmontar determinados tópicos sobre el racismo en Norteamérica. Huérfano desde niño, no terminó el bachillerato y pudo matricularse en la universidad, gracias a una ley que beneficiaba a los veteranos de guerra como él, y con el tiempo llegó a ser un prestigioso académico.
Ingeniería social
A la hora de buscar soluciones, la justicia social recurre a los «decisores sustitutos» de la sociedad, es decir a élites expertas que aplican recetas creyendo que «pueden mover a las personas como se mueven las piezas de ajedrez», según el símil de Adam Smith. El ejemplo más gráfico es la confiscación y redistribución de la riqueza, «núcleo de la agenda de la justicia social». Según esta, «las subidas de impuestos y los ingresos fiscales se mueven automáticamente en la misma dirección, cuando a menudo se mueven en la dirección opuesta». No menos contraproducentes son otras medidas de los «decisores sustitutos» como el control de precios; el «impuesto» de la inflación; o la legislación del salario mínimo.
Debido al conocimiento que acumulan, las elites expertas creen ser los que mejor saben lo que le conviene a la sociedad, pero no siempre sus políticas son acertadas. Cita el autor, entre otros ejemplos, el de los jueces del Supremo de EE.UU. que reinterpretaron la Constitución en los años 60 al considerar el delito como una enfermedad. Resultado: se duplicó la tasa de homicidios.
Y no es que no tengan razón los defensores de la justicia social al detectar lo que está mal, indica Sowell. El problema es el apriorismo ideológico y la falta de realismo que hace que, en muchos casos, sea peor el remedio que la enfermedad. Una irónica pregunta lo deja en evidencia. ¿Queremos que los pilotos de las aerolíneas sean elegidos por representar a diversos grupos demográficos o preferimos volar en un avión cuyo piloto sea capaz de llevarnos sanos y salvos a nuestro destino?
martes, 16 de abril de 2024
LA LAICIDAD, INVENTO CRISTIANO
jueves, 4 de enero de 2024
Derecho y Moral
La relación entre el ámbito jurídico y el moral ha generado habitualmente polémica. Sin duda porque conceptos como Derecho, Moral y, por si fuera poco, Ética, se han prestado a posturas muy diversas; tanto en su propio contenido como en su mutua relación.
Derecho, moral y ética
Abordo el problema desde mi personal emplazamiento jurídico, consciente de que la óptica sería distinta desde un punto de vista diverso. Propongo entender por ético todo lo que hace referencia a cómo debe comportarse una persona. Esto tropezará con otras versiones terminológicas; por ejemplo, quien es, por el momento, el más prestigioso filósofo del Derecho nos hablará de planteamientos éticos denominándolos en alemán «normativos».Iusnaturalismo y positivismo
Objeción de conciencia
Es obvio que –de acuerdo con lo ya expuesto– cuando hablamos de Derecho no nos estamos refiriendo a cualquier contenido formalmente homologado, sino a exigencias éticas indispensables para lograr una convivencia humana; lo cual obliga, más allá de lo formal, a profundizar sustancialmente en lo material. A la vez, tampoco cabría considerar que la norma sustancialmente injusta no sea Derecho. Se trata de un Derecho deficiente, que sin duda perturbará y deshumanizará la convivencia; pero sería poco realista olvidar que, si no se logra sustituirlo, acabará imponiéndose de hecho. Asunto distinto es que, pese a ser Derecho, pueda generar paradójicamente una obligación moral de desobedecerlo, si el déficit democrático del ordenamiento jurídico deficiente no permite, al menos, ejercer el derecho a la objeción de conciencia.Normativismo
No deja, por último, de tener relación con el problema que abordamos una segunda polémica, menos resaltada, que juega en paralelo a la ya señalada entre iusnaturalismo y positivismo. Esta segunda matriz teórica tendía a caer en el normativismo, amparado en la existencia de un sistema jurídico cuya plenitud haría superfluo y malicioso cualquier intento de dar entrada a elementos no contenidos ya en la norma puesta. Napoleón hizo famosa tal postura con su pintoresca prohibición de que el Código Civil fuera objeto de interpretación. Cuando llegaba a admitirse la posible existencia de lagunas en el sistema, se confiaba su eliminación a la entrada en juego de unos principios generales del Derecho que –en teoría– no aportarían nada que no estuviera ya implícito en él. Algo así como un zumo obtenido de los contenidos legales convertido en espray con el que calafatear las porosidades advertidas.sábado, 27 de mayo de 2023
La inspiración cristiana de una Universidad (y II)
EL HUECO DE LA TEOLOGÍA SEGÚN NEWMAN
EL HUMANISMO CRISTIANO COMO FUENTE DE LA CULTURA OCCIDENTAL
miércoles, 24 de mayo de 2023
La inspiración cristiana de una Universidad (I de II)
LAS UNIVERSIDADES NACIERON CON INSPIRACIÓN CRISTIANA
La antigüedad cristiana experimentó, con toda claridad, que la teología necesitaba de la filosofía, en el sentido estricto en que hoy la entendemos y en el sentido mucho más amplio con el que esta palabra se acuñó. Muchos ya sabrán que «filosofía» significa amor al saber o a la sabiduría.Pero el sentido antiguo de esta palabra era amor a todo saber seguro, que además incluía todos los saberes humanos bien establecidos.
Y precisamente este deseo de la fe que se beneficia de todos los saberes humanos bien establecidos es lo que da origen a las universidades medievales. Sobre todo, cuando, desde el siglo XI, con Pedro Abelardo (3) y Pedro Lombardo, se descubre que la lógica aristotélica es un método apto y riguroso para lograr el saber. Es un asunto notable y con frecuencia olvidado. Los saberes universitarios y la misma universidad nacieron, al mismo tiempo, por el deseo de saber y por la conciencia de tener un método para lograrlo de forma rigurosa . Esto explica que la lógica haya estado en la base de los saberes universitarios (Trivium) hasta el siglo XIX. Aunque, con frecuencia, por pura inercia y sin ninguna conexión real con el propósito original.
LA UNIDAD Y RACIONALIDAD DEL SABER Y LA EXISTENCIA DE DIOS
(1) J. M. Mora, <<Universidades de inspiración cristiana: iden tidad, cultura, comunicación», en Romana (2012) 194-220; J. M. Torralba, <<La doble identidad de las universidades de inspiración cristiana según Ex Corde Ecclesiae>>, en Rivista PATH (Pontificia Academia Theologiae) 14 (2015) 131-150.
(2) Es interesante el comentario que le dedica Ignacio Sánchez Cámara, en Europa y sus bárbaros. I. El Espíritu de la cultura europea, Rialp,Madrid 2012,284-332, donde la sitúa como una de las seis características intelectuales de Europa.