El Lobo Feroz
Por la Libertad, contra la dictadura del relativismo, el laicismo y todo lo políticamente correcto. No tengamos miedo, el único verdadero enemigo está dentro: que los buenos no hagan nada.
jueves, 4 de enero de 2024
Derecho y Moral
sábado, 27 de mayo de 2023
La inspiración cristiana de una Universidad (y II)
EL HUECO DE LA TEOLOGÍA SEGÚN NEWMAN
EL HUMANISMO CRISTIANO COMO FUENTE DE LA CULTURA OCCIDENTAL
miércoles, 24 de mayo de 2023
La inspiración cristiana de una Universidad (I de II)
LAS UNIVERSIDADES NACIERON CON INSPIRACIÓN CRISTIANA
La antigüedad cristiana experimentó, con toda claridad, que la teología necesitaba de la filosofía, en el sentido estricto en que hoy la entendemos y en el sentido mucho más amplio con el que esta palabra se acuñó. Muchos ya sabrán que «filosofía» significa amor al saber o a la sabiduría.Pero el sentido antiguo de esta palabra era amor a todo saber seguro, que además incluía todos los saberes humanos bien establecidos.
Y precisamente este deseo de la fe que se beneficia de todos los saberes humanos bien establecidos es lo que da origen a las universidades medievales. Sobre todo, cuando, desde el siglo XI, con Pedro Abelardo (3) y Pedro Lombardo, se descubre que la lógica aristotélica es un método apto y riguroso para lograr el saber. Es un asunto notable y con frecuencia olvidado. Los saberes universitarios y la misma universidad nacieron, al mismo tiempo, por el deseo de saber y por la conciencia de tener un método para lograrlo de forma rigurosa . Esto explica que la lógica haya estado en la base de los saberes universitarios (Trivium) hasta el siglo XIX. Aunque, con frecuencia, por pura inercia y sin ninguna conexión real con el propósito original.
LA UNIDAD Y RACIONALIDAD DEL SABER Y LA EXISTENCIA DE DIOS
(1) J. M. Mora, <<Universidades de inspiración cristiana: iden tidad, cultura, comunicación», en Romana (2012) 194-220; J. M. Torralba, <<La doble identidad de las universidades de inspiración cristiana según Ex Corde Ecclesiae>>, en Rivista PATH (Pontificia Academia Theologiae) 14 (2015) 131-150.
(2) Es interesante el comentario que le dedica Ignacio Sánchez Cámara, en Europa y sus bárbaros. I. El Espíritu de la cultura europea, Rialp,Madrid 2012,284-332, donde la sitúa como una de las seis características intelectuales de Europa.
jueves, 20 de abril de 2023
Ni libertad, ni igualdad ni servicio al ciudadano
- Reconozca la complementariedad de las redes pública y concertada en el servicio de la educación sostenida con fondos públicos.
- Consolide el derecho de los padres a elegir centro educativo para sus hijos, respetando la demanda social a la hora de programar la oferta educativa.
- Mantenga, sin exclusión, el acceso a la financiación pública de todo tipo de centros educativos autorizados por las administraciones públicas.
- Permita la continuidad de los centros de educación especial para las familias que consideren que es lo más adecuado para sus hijos.
- Establezca la financiación a coste real del puesto escolar de los centros concertados garantizando así la gratuidad total de los mismos y las necesarias mejoras laborales de sus profesionales, docentes y personal de administración y servicios.
- Regule respetuosamente la asignatura de religión de acuerdo con su naturaleza académica, en igualdad de condiciones al resto de materias y como instrumento indispensable para la formación integral de la persona, objetivo esencial de la enseñanza.
miércoles, 23 de marzo de 2022
Laicismo: sociedad neutralizada
sábado, 30 de octubre de 2021
Mary Eberstadt: nuestra cultura secularizadora es una cultura inferior
Ensayista y colaboradora de medios generalistas como Time, The Wall Street Journal o The Washington Post, y de publicaciones de pensamiento conservador como National Review o First Things, Mary Eberstadt es autora de varios libros publicados en español, como Gritos primigenios, Cómo el mundo occidental perdió realmente a Dios o Adán y Eva después de la píldora, obras donde analiza las consecuencias de la Revolución Sexual en curso, sobre todo a partir de su explosión en mayo de 1968.
The Catholic Thing ha publicado una síntesis del discurso que pronunció al recibir el galardón. Se puede ver también el vídeo completo.
La cruz en medio de la crisis
Pensando en qué compartir hoy, me ha venido a la mente una frase del extraordinario novelista Evelyn Waugh que aparece en un relato encantadoramente informal que dio a un periódico en 1930 sobre las razones de su conversión a la Iglesia católica. Waugh resumió esa decisión trascendental en veintiocho palabras [en inglés]. Dijo: "En la fase actual de la historia europea, la cuestión esencial ya no es entre el catolicismo, por un lado, y el protestantismo, por otro, sino entre el cristianismo y el caos".
Cristianismo o caos: en cierto sentido, la elección entre los dos ha sido continua desde la Resurrección. Pero decir que siempre es así y levantar las manos ante el mundo es eludir la cuestión, sobre todo para los católicos especialmente ahora, en un momento en que muchos están tentados de hacer precisamente eso. Estamos llamados a leer los signos de los tiempos, no a quejarnos de ellos. Así que empecemos por mirar este asunto a la cara y por establecer las características distintivas del caos en este momento : nuestro momento. ¿Qué podemos ver?
Lo primero que vemos es que seguimos viviendo en la época que Matthew Arnold y Henri de Lubac y Alexander Solzhenitsyn y otros clarividentes religiosos analizaron, la edad moderna, cuyo drama consiste en las sucesivas oleadas de secularización que invaden con cada vez más insistencia los territorios que antes se consideraban de Dios, y solo de Dios.
La segunda certeza, igualmente llamativa, es que las formas de caos características de nuestro tiempo son distintas de las que nos precedieron en la historia moderna. Compárese esta época, por ejemplo, con la de Evelyn Waugh. En 1930, el año en que hizo su entrada en la Iglesia, la humanidad ya había pasado por una Guerra Mundial y otra era inminente. En la vida de personas como él, que abarca aproximadamente la primera mitad del siglo XX, el caos tenía una firma diferente. Residía en la guerra, los desplazamientos y las tremendas masacres.
Lo que se mantuvo firme
Sin embargo, a pesar de las masacres, muchos pilares sociales se mantuvieron firmes. Las familias fueron devastadas por las guerras, pero la institución familiar permaneció. La demoníaca antropología nazi tuvo su momento, como también lo tendría la antropología comunista; pero fuera de esos límites malignos, la comprensión cristiana de la Creación y la Redención y su significado seguía prevaleciendo en todo Occidente, dentro de las naciones cautivas del Este y en otras partes del mundo.
La Iglesia católica también se mantuvo firme. En 1930, Pío XI, el visionario que da nombre a este premio, era Papa. Al año siguiente fundaría Radio Vaticano "para anunciar el Evangelio en el mundo", como dijo con júbilo. Aunque el caos empezaba a insinuarse bajo formas innovadoras en algunas iglesias protestantes, la Iglesia católica parecía estar exenta, como señaló Evelyn Waugh cuando citó la naturaleza "coherente y consistente" de la enseñanza católica como la razón predominante de su conversión.
Seis características del escenario actual
Como muestra este breve resumen, aunque solo nos separan 90 años de 1930, parecen más bien 90 años luz. Hagamos una lista rápida del escenario actual.
-En primer lugar, se ha agravado el caos familiar, provocado por un experimento social radical de más de seis décadas de duración. Los vínculos humanos elementales se han derrumbado y eliminado, y la institución de la familia se ha debilitado a una escala nunca vista.
-En segundo lugar, y de forma simbiótica, también se ha agravado el caos psíquico de todo tipo. Desde hace décadas, el aumento de las enfermedades mentales está documentado sin lugar a dudas. La ansiedad, la depresión y otras aflicciones derivadas de la desconexión y la soledad se han vuelto endémicas, especialmente entre los más jóvenes y frágiles. El irracionalismo se ha desatado.
-En tercer lugar, está el caos político. Aunque sus causas son múltiples, la disolución del clan y de la comunidad dejan también aquí sus huellas. Por decirlo de forma retórica: ¿cómo podrían las personas sin compromisos y desfavorecidas de nuestro tiempo producir algo más que un lenguaje público trastornado?
-En cuarto lugar, existe un caos antropológico de un orden totalmente nuevo. El mundo occidental está sumido en una crisis de identidad. En su forma más reciente, el pensamiento mágico sobre el género ha dejado el mundo académico y ahora está transformando la sociedad y la ley, un pensamiento mágico tan absurdo que los niños pequeños podrían denunciarlo. En un descenso impactante como nunca antes se había registrado: muchas personas hoy en día ni siquiera saben lo que los niños pequeños saben, es decir, quiénes son. Una vez más, el irracionalismo está desatado.
-En quinto lugar, está el caos intelectual. Fuera de unas pocas instituciones fieles, la educación estadounidense, especialmente la de élite, se ha escondido en un nido de cuco posmoderno durante décadas. Personas que no creen en la verdad dirigen ahora instituciones encargadas de discernirla. Hace poco, un ateo fue elegido capellán jefe de Harvard. ¿Por qué no? Si no hay verdad, no hay contradicciones. En gran parte del mundo académico, el irracionalismo no solo no tiene límites. Es el que manda.
-Sexto, y más relevante: hay un caos de nuevo orden e importancia entre los católicos de todo el mundo occidental. Surge de las personas que quieren transformar la enseñanza de la Iglesia, y de su animadversión contra otras personas que mantienen la verdad de esa enseñanza. Es insoportablemente visible en la vida pública, ya que líderes que ostentan con orgullo la etiqueta de católicos desafían con el mismo orgullo el Catecismo y los puntos clave del derecho canónico, día tras día. El pensamiento mágico también impulsa este tipo de caos. La etiqueta "católico pro-aborto" tiene tanto sentido lógico como "capellán ateo" o "ex hombre". Todos participan del mismo irracionalismo característico. Todos exigen que anulemos a Aristóteles: que creamos en "A" y "No-A" a la vez.
La secularización, causa del caos
Ahora bien, ¿qué podemos discernir hoy mirando este vacío, el vacío cuya existencia se ha convertido en un hecho ineludible de la vida cotidiana y de la vida pública por igual? ¿El vacío que hace que muchos sientan angustia por nuestros descendientes, como nunca habían sentido antes los católicos estadounidenses?
Discernimos una verdad que debería endurecer nuestra fuerza de voluntad. En cada uno de estos casos, el caos ha adquirido una fuerza catastrófica por la propia secularización. En el futuro, por mucho que tarde en llegar la hora de la verdad, esto supondrá un problema para el orden secularizado, y una reivindicación con mayúsculas para la Iglesia.
El aumento del malestar mental y el declive de la religión organizada, por ejemplo, no son fenómenos que ocurran al azar. Las ciencias sociales confirman que las personas con vínculos sociales sólidos tienen más probabilidades de prosperar que las que no los tienen. La fe religiosa confiere esos vínculos. Las ciencias sociales también demuestran que la fractura de la familia y otras formas de aislamiento aumentan los riesgos de ansiedad, depresión, abuso de sustancias, soledad y otras aflicciones. Todas ellas se han visto exacerbadas por el rechazo de Occidente a Dios.
Consideremos una vez más que la generación más alejada de la iglesia en Estados Unidos, los "nones" [término empleado en Estados Unidos para denominar a las personas sin ninguna (none) afiliación religiosa], es también la más afligida mentalmente. Una vez más, la pérdida del Padre con mayúsculas, y la pérdida contemporánea de tantos padres terrenales, se unen en la raíz.
La secularización también está detrás del caos familiar actual. Al aceptar el divorcio, la ausencia de padre y el aborto, la humanidad se ha infligido a sí misma heridas cuyas consecuencias apenas han empezado a evaluarse. Solo estamos en los inicios de comprender que lo que empieza en casa no se queda en casa. Los hijos asilvestrados del caos familiar se lanzan a las calles, tratando frenéticamente de sustituir con políticas identitarias los vínculos primordiales de los que han sido privados. La política de identidad es un lamentable intento de alquimia emocional por parte de almas desesperadas por conectarse. Indica la reivindicación tácita de las enseñanzas inflexibles del Magisterio sobre por qué estamos realmente aquí, y qué es realmente lo mejor para nosotros.
En cuanto al caos que asuela a la Iglesia, también hunde sus raíces en la secularización. Se ha convertido en norma hablar de católicos "conservadores" y católicos "progresistas". Pero las etiquetas políticas engañan. La verdadera división católica en nuestro tiempo es entre las personas que tratan de mantenerse como signos de contradicción en este mundo y las personas que capitulan. Es entre los católicos que quieren que las poderosas tendencias seculares influyan y transformen la Iglesia, y los católicos que no. Es entre las almas que creen que el Catecismo es verdadero y las almas que quieren editarlo con un bolígrafo rojo, suministrado por un secularismo desaprobador. La verdadera división es entre los católicos que quieren que las exigencias temporales superen a la Cruz y los católicos que saben que la Cruz no puede ser superada.
No se trata de triunfalismo religioso. (Me gustaría que pudiéramos hacer algo de triunfalismo religioso, pero, como dicen los niños, es demasiado pronto). Se trata de que la secularización está imponiendo costes en un ámbito tras otro, y los creadores de gustos secularizados, dentro o fuera de la Iglesia, se niegan a reconocer este hecho. Y por eso les corresponde a otros, incluidos los académicos presentes hoy, iluminar ese registro en su lugar.
Su trabajo es vital en este momento por dos razones: en primer lugar, porque el caos de hoy causa múltiples formas de sufrimiento que podrían ser superadas solo con que pudiéramos entender sus verdaderos orígenes. En segundo lugar, porque el caos de hoy equivale a una prueba inadvertida de que el cristianismo, y el judaísmo del que bebió, entienden bien a la humanidad.
Laicismo: una cultura inferior
Hay una verdad en medio de las confusiones actuales que lleva demasiado tiempo sin decirse. Nuestra cultura secularizadora no es una cultura cualquiera. No, nuestra cultura secularizadora es una cultura inferior. Es pequeña de corazón. Define el sufrimiento hacia abajo. Considera a las víctimas de sus experimentos sociales no como víctimas, sino como daños colaterales aceptables porque esos experimentos las justifican.
Este es el secreto tácito del laicismo. También es la mayor vulnerabilidad del laicismo.
Esta misión de definir el sufrimiento a la baja puede verse, por ejemplo, en los esfuerzos que reinterpretan los horrores de la prostitución como un anodino "trabajo sexual". Impulsa los intentos de normalizar la pornografía, ignorando los calamitosos costes para hombres y mujeres y el amor. Aumenta la presión para cerrar los centros de ayuda para embarazadas y las agencias de adopción, indiferente a si los bebés y los niños y la gente pobre los necesitan. Blanquea los datos sobre las tasas de suicidio, los trastornos alimentarios, el abuso de sustancias y otros índices de angustia mental entre la población transgénero, y sobre otras poblaciones en las que reconocer el daño humano podría poner en peligro los programas políticos.
Una vez más, el caos desatado en Occidente ha extendido formas agudas de miseria por toda la sociedad. Pero los arquitectos y defensores de un orden social a-cristiano, y cada vez más anti-cristiano, hacen la vista gorda. Les corresponde a los académicos fieles decir la verdad sobre los costes de la secularización, porque los académicos que forman parte del caos no pueden o no quieren hacerlo.
La primera línea de defensa
Para terminar, una cita más que ayuda a resumir la importancia de sus misiones colectivas en el mundo académico. El historiador Christopher Dawson empezó un ensayo titulado El cristianismo y la cultura occidental con esta frase: "La supervivencia de una civilización depende de la continuidad de su tradición educativa".
Aquí es donde entra la Sociedad de Científicos Sociales Católicos y el resto de la comunidad representada hoy aquí. La academia secularizada ha abdicado de su vocación. Repudia la continuidad. Se burla del patrimonio occidental. En la lucha por aferrarse a la Cruz en medio del caos actual, los académicos contraculturales son la primera línea de defensa. Esto es cierto no solo para los que necesitan su trabajo ahora, sino también para los que vendrán, los que leerán el registro de 2021 en el futuro.
Los académicos del mañana observarán hacia atrás con asombro, y quizás con lástima, el pensamiento mágico de hoy. Necesitarán hechos, cifras, argumentos y pruebas, especialmente sobre los costes humanos del actual experimento de secularización. Encontrarán esa biblioteca en su trabajo colectivo.
Algún día, una civilización reevangelizada contemplará el comienzo del siglo XXI, y tratará de evaluar las consecuencias de su caos. Esas personas del futuro comprenderán, como muchos hoy no lo hacen, que ustedes están diciendo la verdad en el vacío de este tiempo, y dando voz a los sin voz en un momento de enormes desafíos. Es un honor estar con ustedes hoy, y siempre, en esa misma misión.
martes, 25 de mayo de 2021
El debate sobre la crisis del liberalismo
He estado siguiendo un curso de Aceprensa Forum sobre «Debates candentes en la opinión pública», impartido por uno de mis pensadores de cabecera, Juan Meseguer. Uno de los debates tratados es el de crisis del liberalismo. En su exposición, Meseguer mencionó algunos pensadores liberales, después de advertir que él se refiere al liberalismo como filosofía política que ha cuajado en un sistema político que es la democracia liberal, no como doctrina filosófica o económica.
Le pedimos esa relación de nombres y esta es la lista, con algunas pistas a artículos publicados en Aceprensa sobre la cuestión, que nos ha proporcionado, y que comparto para los interesados en este debate:
1. Algunos nombres relevantes en el debate sobre la crisis del liberalismo:
Patrick J. Deneen, Rod Dreher, Sohrab Ahmari, Adrian Vermeule, Helena Rosenblatt, Rustin Reno, Pierre Manent, Richard John Neuhaus (†).
2. Estos y otros autores que también intervienen en el debate aparecen citados en los siguientes artículos de Aceprensa:
La difícil práctica del liberalismo (suscritores): Patrick J. Deneen, Helena Rosenblatt, Adrian Vermeule, Rod Dreher, Richard John Neuhaus (†), Rachel Lu, Korey D. Maas…
El debate actual sobre la crisis de la democracia liberal no se agota en la crítica que le hacen los populismos. Otra vertiente, más sutil, examina hasta qué punto el liberalismo político contemporáneo ha distorsionado la tradición liberal, y si es verdad que los creyentes tienen la misma libertad que el resto para proponer su estilo de vida.
Una nueva cultura para las democracias liberales: Patrick J. Deneen
El libro Why Liberalism Failed, de Patrick J. Deneen, profesor de filosofía política en Notre Dame, se suma a uno de los debates más apasionantes que está teniendo lugar en Estados Unidos y otros países: ¿hasta qué punto es compatible el liberalismo con una cultura que no desea seguir los dictados de lo políticamente correcto?
La «opción Benito» y sus críticos (suscriptores): Rod Dreher, Rustin Reno
El contraste entre la enseñanza cristiana y ciertas corrientes dominantes en la cultura y la vida social de Occidente ha dado pie a un debate sobre la actitud que debe adoptar el creyente. Unos sostienen que el actual ambiente hostil exige replegarse. Otros reivindican un cristianismo más activo capaz de regenerar la cultura. Los diagnósticos sobre la situación de la fe cristiana, sobre todo en Occidente, varían.
Rod Dreher: «La opción benedictina no es huir del mundo, sino ser cristianos contraculturales».
Entrevista a Rod Dreher acerca su libro The Benedict Option -en España, La opción benedictina (Encuentro)-. La obra propone un modelo de vida y supervivencia para el creyente occidental en un mundo postcristiano, apostando por generar una contracultura fuerte que, de alguna forma, marque las diferencias con el resto del mundo.
El alma de la democracia liberal: Richard John Neuhaus (†)
El 20 de noviembre de 2005, en la conferencia de clausura del VII congreso «Católicos y vida pública», Richard John Neuhaus, presidente del Institute on Religion and Public Life y director de la revista «First Things», comentó la idea de sociedad libre en la encíclica de Juan Pablo II «Centesimus annus”», refiriéndose especialmente al experimento de Estados Unidos.
Conservadurismo nacional, la nueva derecha posliberal: Yoram Hazony, Rustin Reno, Rich Lowry
Más próximo a Marion Maréchal que a Marine Le Pen, a Viktor Orbán que a Geert Wilders, el conservadurismo nacional aspira a forjar un nuevo consenso intelectual y político a la derecha. Su ambición, sin embargo, despierta recelos en otros conservadores.
Debate sobre el conservadurismo post-Trump (suscriptores): Patrick J. Deneen, Rod Dreher, Sohrab Ahmari
La derrota electoral de Donald Trump, quien atrajo a su coalición a buena parte de los llamados “votantes de valores”, ha reabierto el debate sobre el rumbo que ha de tomar el conservadurismo. La discusión trasciende el contexto político estadounidense y da que pensar a los conservadores de otros países: ¿a favor de qué y de quiénes posicionarse en el momento actual?
La ley que sostiene los derechos humanos (suscriptores): Pierre Manent
El lector podría pensar que, a estas alturas, ya está todo dicho sobre el fundamento e interpretación de los derechos humanos. Y que las teorías sobre la ley natural poco pueden decir fuera de los ámbitos académicos herederos de la escolástica. El último libro de Pierre Manent, Natural Law and Human Rights, demuestra que ambos juicios son apresurados.
Aunque algunos de los artículos son solo para suscriptores (recomiendo mucho la suscripción a Aceprensa); los artículos en abierto y los nombres citados pueden servir para abrir el deseo de profundizar en este debate por el alma de nuestra civilización, que parece decaer, al mismo tiempo que se reformula para subsistir y seguir brillando como la creación más lograda de la Humanidad, hasta el momento.
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Foto atarifa CC