lunes, 16 de abril de 2007

Fundamentalismo ateo

El cardenal Julián Herranz considera que el laicismo que se proclama hoy en España "es en realidad un fundamentalismo ateo".

Análisis digital. Redacción - 10/04/2007
El cardenal Herranz habló sobre la importancia de la familia o la imposición de normas de propaganda ideológica y de educación escolar de contenido antirreligioso, anticristiano.

En entrevista a Europa Press con motivo de la publicación de su libro 'En las afueras de Jericó' (Rialp, 2007) sobre su larga experiencia de 50 años en Roma, trabajando en la Curia Romana y junto al Fundador del Opus Dei, San Josémaría Escrivá de Balaguer.

El cardenal Herranz explicó que "hace tiempo" que comparte la seria preocupación de los obispos españoles y de millones de ciudadanos cristianos de España ante "que el concepto democrático de 'laicidad del Estado' o de 'Estado aconfesional' -que es un concepto justo- sea interpretado y aplicado en forma no correcta, concretamente en el sentido fundamentalista o totalitario de 'ateismo militante'", como, según detalló sucedió con el nazismo y sucede aún con el comunismo.

En este sentido, relató que "se comienza con una actitud de desprecio 'agnóstico' ('progresista' se dice) de la religión, considerada como fruto o causa de escaso desarrollo social y cultural" y "se continúa permitiendo o incluso fomentando todo lo que pueda desarraigar la fe en el pueblo o desprestigiar a la autoridad religiosa" para terminar "con la imposición de normas de propaganda ideológica y de educación escolar de contenido antirreligioso, anticristiano".

Educación religiosa

"En esa línea ideológica, se niega a los padres, o se hace difícil de ejercitar, su derecho natural y constitucional respecto a la educación religiosa que quieren para sus hijos y, a la vez, se obliga a todos los alumnos a recibir una educación que llaman 'cívica' (o 'social', 'nacional', etc.) pero que en realidad es, en muchos puntos, contraria no ya sólo a la moral cristiana, sino a la misma moral natural y a la dignidad de la persona", agregó el cardenal.

Así, deseó que "ese abuso totalitario" no suceda en España, como no sucede en Italia y otras naciones donde más de 80% de los padres desean - independientemente de su afiliación política de izquierda o de derecha- la educación católica de sus hijos. En este punto explicó que la Constitución española dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal, pero que las leyes públicas tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

"En esta perspectiva de autentica laicidad se ha dicho que las leyes y las actuaciones del gobierno tienen que favorecer el bien de todos los españoles y tienen que estar al servicio del bien común de todos los ciudadanos tanto creyentes como no creyentes, sin discriminación", afirmó.

"Individualismo libertario"

También se refirió el cardenal Herranz, como jurista y como médico, a la legalización en España del matrimonio entre parejas del mismo sexo, al uso 'terapéutico' de células madre y de embriones, al incremento del número de abortos y declaró: "Me duele que en España, como ha sucedido en Holanda y Bélgica, se está difundiendo por la presión económica y de opinión pública de determinados 'lobbys', una ideología filosófica y política que no es de sano 'liberalismo' sino de individualismo 'libertario', de matriz agnóstica y libertina.

Con un falso concepto de libertad separado de la verdad (la verdad sobre la dignidad de la persona y la vida humana, sobre el concepto de matrimonio y de familia, etc.) ese individualismo libertario no reconoce algún limite ético objetivo a las opiniones y deseos personales o de grupo
".

Con todo, sostuvo que "los deseos se confunden con derechos, y se reivindican como si se tratase de verdaderos derechos cívicos, que la sociedad ha de reconocer necesariamente". Así, concluyó que se podrían dar "aberraciones legislativas, antropológicas y morales" con una filosofía jurídica que siguiese esa línea y ejemplificó con el reconocimiento jurídico en Holanda de un partido de pederastas o a favor de la pederastia.

"Esa ideología, que confunde a lectores y electores llamándose 'laica' cuando en realidad es 'anárquica', 'libertaria', es con respecto a los demás intolerante, no admite la existencia de valores objetivos y universales moral y jurídicamente vinculantes. Esto es lo que puedo decirle como médico y como jurista", recalcó.

Familia: pilar de una vida sana

A su entender, "la familia constituye un patrimonio de la humanidad, una institución social fundamental, una célula vital, el pilar de toda sociedad sana", por lo que el Papa recordó que "es la escuela fundamental para la formación en la fe cristiana (el concepto de "iglesia doméstica" que le gustaba tanto repetir a Pablo VI), es el lugar en el que los hijos van recibiendo del ejemplo y de la palabra de sus padres la educación cristiana que necesitan".

"Este deber de los padres cristianos es importantísimo, cada vez más en un mundo sometido a la fuerte presión del materialismo práctico y del neopaganismo disfrazado de 'laicidad'", añadió.

En su libro, el cardenal Herranz --que después de que el Papa haya aceptado su renuncia, aseguró que "un sacerdote nunca se jubila"-- relata sus experiencias, sus contactos y su trabajo que, desde el Concilio Vaticano II, ha desarrollado en Roma, especialmente en el ámbito del Derecho de la Iglesia, hasta encontrar más cercanos a algunos de los protagonistas de la Iglesia Católica en Roma y en España.

2 comentarios:

Unknown dijo...

EL FUNDAMENTALISMO LUGUISTA
(Luis Agüero Wagner)
Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire (Woody Allen)
En 1993 Joseph Ratzinger publicó su libro “El fundamentalismo islámico” donde abordaba desde la óptica conservadora el problema de la instrumentalización de las energías religiosas en función política, tema de vigencia por estas playas desde que el cantinflesco obispo jubilado Fernando Lugo se tomó en serio la propaganda de la tendenciosa prensa local, que lo presentaba fantasiosamente como el nuevo fenómeno político del ambiente.
Esclarece Ratzinger que el aferrarse fanáticamente a las tradiciones religiosas se vincula en muchos sentidos al fanatismo político y militar, en el cual la religión se considera de forma directa como un camino de poder terrenal. También puntualiza el error de trasponer el concepto “fundamentalismo” al mundo árabe siendo que en realidad es una definición surgida para calificar a cristianos. El fundamentalismo es, según Ratzinger, en su sentido originario, una corriente surgida en el protestantismo norteamericano del siglo XIX, la cual se pronunció contra el evolucionismo y la crítica bíblica y que, junto con la defensa de la absoluta infalibilidad de la Escritura, intentó proporcionar un sólido fundamento cristiano contra ambos. Cabe preguntarse cuál es el concepto para definir a los católicos que alentados por una bula papal de Alejandro VI invadieron Latinoamérica y arrasaron con esplendorosas civilizaciones como la inca o maya, y cometieron un genocidio contra los súbditos de estos y otros imperios, además del saqueo e imposición de una nueva religión por la fuerza de la espada, y todo ello en nombre de algo tan abstracto como su Dios. Mas que el fanatismo equiparable que Ratzinger ve entre la teología de la liberación, el terrorismo islámico y terrorismo marxista occidental, lo que sí se discierne con claridad es con qué facilidad algunos farsantes se aprovechan de las supersticiones “divinas” para apetencias bien terrenales, en nuestro caso –cuándo no- el divinizado zoquete.
Aunque Ratzinger se extiende en su obra sobre los fundamentalismos ajenos, no se caracteriza por ver la viga en el propio ojo precisamente. Como con bastante elocuencia lo ha dicho la red de Mujeres Católicas de América Latina en uno de sus comunicados: cuando hablamos de fundamentalismo nos referimos justamente a la posición expresada por Ratzinger. Todo su escrito es un acto de intolerancia, fanatismo, intento de volver al pasado, resistencia ante todo cambio, intento de imposición de la propia perspectiva como la única aceptable, rechazo al pluralismo, desconocimiento de la evolución en todos los ámbitos, rechazo a toda novedad, pánico ante la diversidad.
Como puede notarse, esta controversia entre católicos no guarda mucha distancia de los términos en que giró la discusión sobre el dichoso pacto del 5 de febrero que con tan mala fortuna firmaron nuestros héroes de la oposición.
Se sabe que el Fundamentalista es en el fondo un intransigente, por ello actúa como factor creador de conflictos y como enemigo del progreso, especialmente si se trata de avanzar en negociaciones, hecho que explica la actuación de la caterva de monaguillos en la “mesa de presidentes” de la extinta concertación, que con sus despropósitos hoy han ubicado a su candidato en una cómoda posición para luchar por el tercer puesto en las elecciones del año que viene. No estaría demás advertir sobre el peligro que implica el accionar de estos fanáticos, más aún si consideramos que el aprovechamiento de la religión en función de la política como conducto de “liberación de los oprimidos” es hoy en día la principal coartada para volar estaciones de trenes, estrellar aviones de pasajeros contra rascacielos de Nueva York, enviar sobres conteniendo ántrax o volatilizar autobuses londinenses. Para colmo, nuestros integristas criollos no han ocultado sus intenciones contenidas dentro del esquema maoísta que “la guerra revolucionaria se libra fuera del legalismo”, y han llamando a la yihad a sus seguidores en caso de cumplirse la cláusula constitucional que impide a un religioso postularse para presidente, amenaza que amerita cuando menos que nuestras autoridades encarguen una investigación al respecto a la analista Milda Rivarola.
Debo añadir que resulta lamentable y desalentador ver por estas playas a una caterva de politiqueros corruptos defendiendo y queriendo aprovecharse del opio de los pueblos, y de creencias morales de tiempos anteriores a la ilustración, con un apasionamiento digno de monaguillos que fueron abusados por el cura de la parroquia y quedaron prendados de él, agitando irresponsables sus arcaicas banderas a través de una presión política conjugada con el fundamentalismo religioso. Más aún resulta vergonzoso el espectáculo que dan cuando vemos que en la vecina República Argentina el ex capellán Von Wernich, involucrado en violaciones a los derechos humanos durante la pasada dictadura militar, acaba de ser declarado genocida y condenado a reclusión perpetua sin miramientos a su investidura religiosa, como realmente corresponde en una república.
NOTA: Los monaguillos aludidos que cercaron al obispo Fernando Lugo, a pesar de lo que la prensa maccartisa heredada de Stroessner quiso hacer creer, en realidad son viejos agentes del imperialismo norteamericano. Se cuentan entre ellos:
*Guillermina Kanonikoff y Raul Monte Domecq, financistas de Lugo. Reciben dólares de USAID a través de la ONG fantasma Gestión Local.
*Camilo Soares, agente de la NED, referente de la Casa de la Juventud, beneficiaria de Dólares de la IAF.
*PMAS: partido surgido gracias a la acumulación de dólares del grupo anterior, recibió en el 2004 127.000 dólares de IAF, institución manejada por George W. Bush.
*Ricardo Canese, dirigente de Tekojoja. Propagandista de los planes de biocombustibles de George W. Bush.
*Aldo Zucolillo, ex propagandista del dictador Stroessner, mecenas del centro de detención y torturas de la dictadura paraguaya y alabardero del genocida Jorge Rafael Videla, hoy entusiasta impulsor de la candidatura de Fernando Lugo.
*Julio Benegas, empleado de Zucolillo en su diario ABC color, signatario de acuerdos con AFL-CIO, reputado peón de los fraudes imperialistas.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo dijo...

Mira Agüero; aunque te apellides como la estrella de mi equipo favorito, me parece que esto de colocar un artículo en la sección de comentarios en un poco abusivo, así que te agradeceré que digas lo que te parezca un poco más brevemente y, en todo caso, añadas un enlace a tu blog, por si alguien quiere dedicar tiempo a tus diatribas a la Iglesia y a otras instituciones y personas.
Muchas gracias.