Por Justo Aznar, en Las Provincias, el 24 de abril de 2007
Si se analizan algunas de las leyes promovidas por el actual equipo de gobierno de nuestro país, no es difícil comprobar que gran parte de ellas se refieren a temas con una gran repercusión moral. El divorcio express, los matrimonios entre homosexuales, la legalización de la clonación humana, el uso de embriones humanos para experimentación, la utilización de células madre embrionarias para investigaciones biomédicas, la autorización del uso del diagnóstico genético preimplantacional, la producción de niños de diseño, la promoción de la píldora del día después, etc., todas ellas son disposiciones legales que en sí mismas conllevan aparejadas importantes repercusiones éticas.
La guinda de este pastel laicista es el proyecto de ley 121/000104, de 28 de marzo de 2007, que trata de regular la investigación biomédica en España. No cabe duda que en dicho texto legal existen aspectos positivos, que especialmente se refieren a la regulación administrativa del proceso investigador y que fundamentalmente se pueden concretar en:
- dar cobertura jurídica y establecer las condiciones legales para la investigación biomédica;
- proteger algunos derechos de los ciudadanos relacionados con este tipo de investigaciones y
- establecer normas jurídicas que garanticen la protección de la salud, el consentimiento informado y el derecho a la investigación.
Pero, sin duda, el aspecto de mayor trascendencia ética de este proyecto de ley es que va a permitir, por primera vez en nuestro país, la transferencia nuclear somática, es decir, la clonación humana. Se va a permitir que legalmente se puedan clonar -producir- seres humanos que después podrán ser utilizados para experimentaciones biomédicas, siendo la gran mayoría de ellos destruidos. Algo que, a mi juicio, es de una gravedad ética inusitada.
Pero, ¿es casual esta actitud gubernamental?, ¿puede no estar planificado este intento de cambiar el pensamiento moral de nuestra sociedad?, ¿o mejor puede ser consecuencia este desarrollo legislativo de un programado plan laicista de nuestros gobernantes? Yo me inclino por esto último y, además, pienso que es un plan probablemente derivado de una profunda motivación intelectual. En efecto, en relación con ello me parece de interés recordar aquí un pensamiento de Nietzsche, que se recoge en un interesante libro, Sin raíces, del que son autores Marcello Pera, profesor de filosofía del Derecho de la Universidad de Padua, y en ese momento presidente del Senado italiano, y el entonces cardenal Ratzinger, que un año después llegaría a ser Benedicto XVI. Afirma Nietzsche: «Hasta ahora el cristianismo ha sido atacado de un modo equivocado, mientras la moral del cristiano no se conciba como un crimen capital contra la vida, sus defensores lo tendrán siempre fácil. La cuestión de la verdad del cristianismo es un cosa completamente secundaria, mientras no se aborde la cuestión de la moral cristiana». Es decir, según Nietzsche, lo importante, el paso fundamental, para destruir el cristianismo es atacar sus principios morales.
Y esto que Nietzsche proponía como una meta intelectual es lo que al parecer nuestro Gobierno se ha propuesto como objetivo político para acabar con la cultura cristiana de nuestro país, al intentar cambiar gran parte de los valores morales que hasta ahora han regido en nuestra sociedad. Al parecer, nuestros gobernantes, haciendo caso a Nietzsche, no quieren errar el camino para implantar el más rampante laicismo. Ciertamente, no sé si Zapatero lo sabe, ni si ha fundado en el pensamiento del filósofo alemán las bases de su programa político, pero de lo que estoy seguro es de que sí lo saben los que saben lo que él tiene que saber, para luego ejecutarlo, como está haciendo.
2 comentarios:
Nietzsche mola, pringao
¿Qué eres tú? ¿Uno de esos superhombres?
¿Esto es todo lo que aportas?
Pues vaya fiasco...
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