En el mundo anglosajón, grandes cambios políticos han tenido su origen en esos laboratorios de ideas que son los think tanks. Desde el nuevo laborismo de Blair al ascenso de los neoconservadores con Bush, la acción política se ha alimentado de una reflexión intelectual. Analizamos la emergencia de este fenómeno en España.ACEPRENSAFirmado por
Juan Meseguer Velasco. 13 de febrero de 2008
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La expresión
think tank –laboratorio de ideas o centro de pensamiento– apareció durante la Segunda Guerra Mundial y se consolidó durante la posguerra. Al principio, se utilizó para designar a los equipos encargados de elaborar estrategias militares. Tras la guerra, la expresión se popularizó y se extendió a otros centros que generaban investigación sobre asuntos políticos, sociales o económicos.
La dificultad para definir los
think tanks proviene de la diversidad de objetivos que persiguen. La mayoría son entidades independientes y sin ánimo de lucro que tratan de generar soluciones concretas a problemas públicos. Otros tienen motivaciones políticas e ideológicas: son los
think tanks de partido. Y los hay que tienen un carácter más académico.
En términos generales, un
think tank es una institución formada por intelectuales y expertos en diversas materias que tratan de inspirar políticas a través de sus estudios e iniciativas. Aunque algunos se limitan a investigar, en principio la mayoría trata de crear y difundir ideas para provocar un cambio en la acción política.
Un fenómeno reciente en EspañaLos primeros centros de pensamento surgieron en Estados Unidos y en Europa en la primera mitad del siglo pasado. Organizaciones como la
Brookings Institution (1916), el
Kiel Institute of World Economics (1914) o el
Royal Institute for Social Affairs (1920) saltaron enseguida a la fama por sus valiosos análisis sobre asuntos públicos.
Actualmente, según un estudio del
Foreign Policy Research Institute (FPRI) de Filadelfia, hay 5.080
think tanks repartidos por todo el mundo. Dos de cada cinco están en Norteamérica (1.924); casi un cuarto en Europa Occidental (1.198); 601 son de Asia; 483 de Europa del Este; 408 de América Latina; hay 274 en África, y 192 en Oriente Medio.
En España, el fenómeno de los
think tanks es muy reciente, de los años setenta. La instauración de la democracia favoreció la creación de los primeros, centrados en el ámbito político y económico. Entre los más conocidos de aquella época están el
Círculo de Empresarios (1976), el
Instituto de Estudios Económicos (1979) y la
Fundación CIDOB (1979). Tras esta primera oleada fueron apareciendo nuevos centros abiertos a otros campos como las relaciones internacionales, el medio ambiente, la inmigración o el terrorismo.
A pesar del retraso inicial, durante los últimos años ha habido en España un crecimiento importante de
think tanks, debido a la combinación de diversas circunstancias políticas, económicas y sociales. Para
Pilar Tena, subdirectora del
Real Instituto Elcano, un factor decisivo ha sido la mayor presencia de España en la escena mundial a partir de los años ochenta.
Esto “
suscitó no solamente una demanda creciente de información internacional por parte de la opinión pública, sino también una mayor necesidad por parte de los actores públicos –administraciones públicas– y privados –empresas, medios de comunicación, etc.– de contar con foros de reflexión y debate sobre los asuntos globales, que empezaron a afectar directamente a su gestión cotidiana”.
¿Independientes o partidistas?Los primeros
think tanks eran totalmente apolíticos e independientes (aunque no neutrales, pues querían implantar algunos valores). “
Incluso el American Enterprise Institute, bastión de los conservadores, era en los años cuarenta, cuando nació, una institución académica y alejada de la vida política”, explica
Álvaro Vargas Llosa. Todo cambió a partir de los años setenta, cuando algunos se reconvirtieron en lo que son ahora: “
organizaciones comprometidas con la divulgación activa de una ideología determinada y abocadas a influir en las políticas públicas”.
Un caso paradigmático de la influencia de los
think tanks en la política lo constituyen las reformas económicas llevadas a cabo por Margaret Thatcher en Gran Bretaña o Ronald Reagan en Estados Unidos, que tuvieron su origen en centros de estudios como el
Institute of Economic Affairs o la
Heritage Foundation.
La Administración Bush también se ha nutrido del trabajo de conocidos
think tanks estadounidenses. Además de aprovechar muchos de sus estudios, ha reclutado a algunos primeros espadas entre sus filas. Así ocurrió con Donald Rumsfeld y Condolezza Rice, ambos investigadores de la
Hoover Institution de California, y con Dick Cheney, procedente del
American Enterprise Institute.
En España, los grandes partidos políticos también mantienen lazos con diversos centros de pensamiento. Unas veces se trata de vínculos orgánicos y económicos, como en el caso de la
Fundación Pablo Iglesias con el
Partido Socialista o la
Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) con el
Partido Popular. Otras veces los vínculos son sólo ideológicos; así ocurre con la
Fundación Alternativas, que comparte con el
Partido Socialista una visión parecida de la política española.
Para
Jaime García-Legaz, secretario general de
FAES, cualquier
think tank –esté vinculado o no a un partido político– “
debe ser claro en cuanto a sus planteamientos: la gente tiene derecho a saber si es políticamente neutral o no, si tiene o no orientaciones ideológicas definidas. Nosotros, por ejemplo, dejamos clara nuestra orientación ideológica liberal”.
¿Qué diferencias hay entre un
think tank y un grupo de presión?
Nicolás Sartorius, vicepresidente de la
Fundación Alternativas, considera que estamos ante dos realidades que no tienen nada que ver. Los grupos de presión o lobbies aspiran a “
mover voluntades para obtener un fin determinado”. En cambio, los centros de pensamiento “
no presionan a nadie ni pretenden –por lo menos el nuestro– defender intereses particulares”.
Financiar ideasLa financiación es uno de los pilares que sustenta la credibilidad de un think tank. Según
Julio Pornés, director de la
Institución Futuro, “
la independencia económica es fundamental para poder investigar con autonomía y no estar condicionado por intereses externos”. A su juicio, la financiación de un centro de investigación debe provenir de una variedad de empresas privadas.
Pero la mayoría de los
think tanks españoles no se ajustan a este modelo. Por el contrario, casi todos suelen combinar la financiación pública y la privada. Es el caso, por ejemplo, del
Real Instituto Elcano: el 25% de su presupuesto procede de la Administración, a través de cuatro ministerios; el restante 75% procede de la empresa privada.
La Fundación Alternativas también se financia con dinero público y privado mediante convenios de colaboración, pero introduce además la participación de socios particulares (lo que representa el 10% de su presupuesto).
El
Instituto de Estudios Económicos (IEE) se financia fundamentalmente mediante aportaciones anuales de las empresas adheridas como miembros asociados, junto a los recursos que obtiene por la venta de sus publicaciones. A su financiación contribuyen también ayudas concedidas de diversas instituciones públicas y privadas.
En busca de audienciaUno de los objetivos fundamentales de los
think tanks es lograr que sus propuestas lleguen a los actores políticos, económicos y sociales, y a la sociedad en general. Como explica
Julio Pornés, “
de nada sirve elaborar valiosos estudios si luego sus destinatarios (normalmente, los poderes públicos y el sector empresarial) no los tienen en cuenta”. Por eso, a su juicio, el éxito de un
think tank depende en primer lugar “
de su capacidad de influir y forjar opinión pública mediante todas sus actividades y publicaciones”.
Los principales aliados de los
think tanks en esta tarea son los medios de comunicación, para los cuales organizan reuniones y ruedas de prensa. Además, muchos centros de pensamiento producen publicaciones (informes, monografías, revistas, libros, anuarios, etc.), se asocian con redes nacionales e internacionales, y organizan actos de diversa naturaleza (seminarios, conferencias con analistas de prestigio, etc.).
Internet también ha favorecido enormemente el contacto de los
think tanks con el gran público. En este campo destaca el
Real Instituto Elcano. En su Memoria de 2006 afirma que su sitio web recibió casi 650.000 visitas en el año. En cuanto a la procedencia de los visitantes, más de la mitad son de América Latina y el Caribe, y un 47% están repartidos entre Europa y América del Norte.
Influir en la opinión públicaPara
Nicolás Sartorius, otra clave del éxito de los
think tanks es “
la calidad de los trabajos y de los expertos que los hacen”. En el mismo sentido se expresa
Pilar Tena: “
Si lo que se produce no es bueno, la institución desaparece del mapa”.
A diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, donde los
think tanks se han convertido en los grandes animadores del debate público, en España la influencia de estos centros de pensamiento es todavía muy limitada. No llegan a una docena las entidades con renombre; la mayoría siguen siendo desconocidas para el ciudadano medio y los líderes políticos, económicos y sociales.
Para
Pedro Schwartz, fundador de
think tanks liberales como el
Instituto de Economía de Mercado o el
Instituto de Estudios de Libre Comercio, la clave para cambiar la agenda de un país es “
influir en la opinión pública, no en los políticos. En general los políticos pueden hacer caso a alguna propuesta técnica concreta, pero nada más. Lo verdaderamente eficaz es tratar de influir en la opinión pública para que ésta cambie la actitud de los políticos”.
En la política internacionalUno de los
think tanks españoles más conocidos es el
Real Instituto Elcano. En apenas seis años de vida, ha logrado convertirse en un foro de encuentro entre agentes públicos y privados en el ámbito de las relaciones internacionales y de seguridad. De todos modos, explica
Pilar Tena, “
sería muy pretencioso decir que una institución tan joven como la nuestra ha influido directamente en acciones concretas trascendentales para la vida política o social de nuestro país”.
El
Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) está considerado como el principal rival del
Real Instituto Elcano. Desde que comenzó su actividad en 1986, este
think tank de corte liberal-conservador ha contribuido a estudiar los problemas de la seguridad internacional y española, en sus aspectos políticos, estratégicos, militares, económicos, tecnológicos e industriales.
Otro
think tank español con prestigio en el extranjero es la
Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE). Sus principales líneas de investigación giran en torno a paz y seguridad, democratización y derechos humanos, desarrollo y acción humanitaria. Publica la edición española de
Foreign Policy, revista norteamericana de relaciones internacionales.
Entre los
think tanks españoles que aparecen vinculados a algún partido político, el que goza de más éxito mediático es la
Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES). Desde su creación, en 1989, está presidida por el ex presidente de gobierno
José María Aznar. En los últimos años,
FAES se ha convertido en una auténtica fábrica de ideas al servicio del
Partido Popular y del pensamiento liberal.
En el otro extremo del arco ideológico están las denominadas “
fundaciones del PSOE”:
Fundación Pablo Iglesias,
Fundación Alternativas y
Fundación Sistema. De las tres, la más influyente es la
Fundación Alternativas. Forman parte de su patronato destacadas personalidades socialistas como el ex presidente
Felipe González,
Gregorio Peces-Barba,
Joaquín Almunia o
José Luis Rodríguez Zapatero.