
Nos vemos en la última semana de agosto. Descansad vosotros también, que lo tenéis merecido.
Por la Libertad, contra la dictadura del relativismo, el laicismo y todo lo políticamente correcto. No tengamos miedo, el único verdadero enemigo está dentro: que los buenos no hagan nada.
Todas las tiranías se caracterizan por el florecimiento de una red de comités para-oficiales, encargados de vigilar por barrios, comunidades, asociaciones, etc. que los ciudadanos muestran la afección y el entusiasmo suficiente por sus dogmas y principios regeneradores del Hombre Nuevo.
Esta mañana, junto a la piscina, he acabado de leer la última novela del canadiense Michael D. O'Brien, el autor de El Padre Elías, titulada La última escapada; una auténtica profecía que, diez años después de su publicación en Estados Unidos, es ya una dolorosa realidad: la Nueva Tiranía.Nos asustamos al verlo, pero no salimos corriendo sino que nos quedamos mirándolo. Corrió hacia nosotros como si nos fuera a atropellar. Pero antes de alcanzarnos comenzó a extenderse más y más, a crecer más y más, hasta que finalmente era tan grande que lo perdimos de vista, y es que estaba del todo ya sobre nosotros.
El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, ha señalado ya las pautas por las cuales se está elaborando la nueva ley de Libertad Religiosa y que bien pueden sintetizarse en esta frase del ministro: “La libertad de conciencia no puede ser una excusa permanente para desobedecer la ley”. Esto declaró ayer Caamaño en El Escorial durante la apertura del curso “La pluralidad religiosa en la sociedad española contemporánea. Cuestiones a debate”, organizada por la “Fundación Pluralismo y Convivencia” que preside el propio ministro, en el marco del debate sobre la nueva Ley Orgánica de Libertad Religiosa, de la que únicamente se conocen determinados rasgos.
Argumenta Ignatieff que al tratar de convertir por inercia demandas en derechos corremos el riesgo de debilitar los ya existentes y, sobre todo, los fundamentales. La razón es sencilla: lo menos se equipara con lo más; lo accesorio se iguala a lo prioritario. Algo similar, aunque en otro plano, ocurre con la democracia. Recurrir al verbo democratizar para referirse a todo buen propósito, por difuso y etéreo que sea, y al adjetivo democrático como cualidad adhesiva a cualquier sustantivo que se precie, oscurece el verdadero significado de la democracia y la vacía de contenido.| De grafiti |
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| De grafiti |
Acabo de leer “La ideología invisible. El pensamiento de la nueva izquierda radical”, de Jesús Trillo-Figueroa (Libros Libres 2005), que además de interesarme muchísimo y explicarme muchas cosas, me ha dejado verdaderamente aterrado ante el sesgo destructor de la ideología que subyace en la cultura hegemónica en Europa y en gran parte de la acción política, principalmente en España. Algunas citas sacadas de este ensayo:
Es necesario establecer una gran alianza entre feminismo y socialismo que abarque todas las áreas del pensamiento y de la acción política (María Teresa Fernández de la Vega, marzo de 2005).
El interés por la sexualidad es lo que diferencia al feminismo radical (…). Para ser radicales no se trata sólo de ganar el espacio público (igualdad del trabajo, la educación o los derechos civiles y políticos), sino que también es necesario transformar el espacio privado(Nuria Varela, “Feminismo para principiantes”, 2005).
Una de las ideas más radicales del feminismo contemporáneo es su pretensión de que el espacio privado del hogar y la familia debe estar sujeto al escrutinio público (Mary Evans, “Introducción al pensamiento feminista contemporáneo, 1997).
La discriminación que han sufrido tradicionalmente las mujeres en el mundo tiene múltiples manifestaciones, una de ellas es estrictamente lingüística (…). En ello consiste el sexismo lingüístico, en el diverso tratamiento que, a través de la lengua, hacemos del individuo en función de los genitales con que ha nacido (María Ángeles Calero Fernández, “Sexismo lingüístico”, 1999).
La igualdad feminista radical significa (…) que las mujeres no tengan que dar a luz. La destrucción de la familia biológica que Freud jamás ha visualizado permitirá la emergencia de mujeres y hombres nuevos (Alison Jaegger, “Political philosophies of woman’s liberation”, 1977).
Pensamos que ninguna mujer debería tener esta opción. No debería autorizarse a ninguna mujer a quedarse en casa para cuidar a sus hijos. La sociedad debe ser totalmente diferente. Las mujeres no deberían tener esa opción (Christina Hoff Sommers, “Who stole feminism?”, 1994).
Una sociedad autónoma es una sociedad que se autoconstituye; los individuos autónomos son individuos que se autoconstituyen. (…) Este tipo de sociedad es la que se determina asimismo plenamente, sin un límite exterior, referencia o finalidad preconstituida (Zygmunt Bauman, “En busca de la política”, 1999).
Con el referente beauvorista (de Simone de Beauvoir) de fondo , algunos estudios determinan, de manera taxativa, que la madre no nace, se hace y que, por tanto, el amor maternal no es universal, como se pretende desde la retórica ilustrada, sino constituido por nuestro pasado histórico, nuestra sociedad y nuestra cultura (Helena Establier Pérez, “La teoría de la maternidad en el contexto crítico español).
El feto es un invasor extraño que le roba a la mujer su individualidad frente al considerado por los médicos como una entidad sagrada para definir la identidad de la mujer. La lucha de esta mujer será por tanto la lucha entre los intereses de la especie y los de la mujer individual (Simone de Beauvoir, “El segundo sexo”, 1987).
EL ATEÍSMO es un asunto perfectamente racional. En cambio, lo que carece de todo sentido es que el ateísmo se convierta en una especie de religión, hasta con sus propios ritos. Si el ateísmo es racional y la religión es superracional, el ateísmo religioso es subracional.
La democracia es el régimen político en el que la sociedad se rige por la razón y no por la fuerza. De ahí lo paradójico de que, en una democracia consolidada, el uso de la razón esté sofocado por el pragmatismo rampante o una ideología de cadencia totalitaria. Pongo un ejemplo cercano y patético. En plena campaña para las elecciones europeas, Leire Pajín anuncia un acontecimiento de alcance planetario: la coincidencia histórica de que dos políticos progresistas, Obama y Zapatero, dirijan los respectivos destinos de América y Europa.